Cómo ahorrar agua al lavar la ropa

Una lavadora automática con capacidad para 10 kg de ropa, en promedio, gasta 60 litros de agua por ciclo (lavado o enjuagado). Es decir que un ciclo completo de lavar y enjuagar ropa consume 120 litros de agua aproximadamente. Esto equivale a 6 cubetas de 20 litros.

A continuación, te presentamos algunas propuestas sobre cómo ahorrar agua y no contaminarla a la hora de lavar la ropa y los blancos (sábanas, toallas, servilletas y manteles):

1. Opta por un detergente para ropa y un suavizante biodegradables. Existen empresas que incluso te venden los productos de limpieza para el hogar en botellas de vidrio, mismas que luego te rellenan una vez al mes o cada que tú elijas, como es el caso de Desplastifícate.

2. Introduce tres o cuatro pelotitas de lana orgánica al tambo de la lavadora junto con la ropa a lavar. Estas pelotitas se pueden encontrar a un precio muy razonable y ayudan a que la ropa no se enrede y haga bola a la hora de dar vueltas en el tambo de la lavadora. Si la ropa se enreda y se hace bola, es muy probable que no quede completamente limpia y que queden algunas áreas con manchas o suciedad que luego haya que volver a lavar.

3. Evita comprar ropa, manteles, servilletas y demás blancos hechos de telas sintéticas. Al lavar estas telas, liberan micro-plásticos que contaminan el agua.

4. Todas las lavadoras tienen un tubo de desagüe. En lugar de vincular este tubo directamente con el drenaje de tu hogar, colócalo dentro de una cubeta muy grande. Puedes reutilizar esa agua para lavar banquetas, patios, autos o descargar el inodoro.


Aprovecha esta agua para regar las plantas

Para regar el jardín y las plantas, ocasionalmente, también se pueden ocupar las llamadas aguas blancas o grises recolectadas en la cocina, la lavadora y el baño. Estas aguas blancas o grises reciben su nombre del hecho de que se ven blanquizcas o grisáceas debido al jabón que se encuentra diluido en ellas. Si usas jabón biodegradable en la cocina, lavadora y en el baño, éste no afectará gravemente a las plantas y al césped de tu jardín.

Recordemos que las plantas no sólo se alimentan de agua, también lo hacen de los nutrientes que obtienen de la tierra. Los millones de micro y macro organismos que conforman la tierra son finalmente quienes se ocupan de filtrar y purificar el agua que vertimos a la tierra; y tienen una gran capacidad de resiliencia, es decir, de regresar a su estado normal después de una perturbación.

A pesar de su resiliencia, cuando usemos aguas grises o blancas para regar el jardín y las plantas, debemos ayudar a mantener vivos esos organismos que cumplen la función de ser “filtros”. Podemos colaborar a esa causa abonado el suelo con humus de lombriz, que podemos adquirir fácilmente en un vivero, tiendas de jardinería, o un supermercado. Así que no tengamos miedo de utilizar agua con jabón para el jardín de vez en cuando.

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